La ESA está desarrollando la nave reutilizable Space Rider, del tamaño de dos furgonetas pequeñas, capaz de realizar tareas como investigación farmacéutica y fabricación en órbita. Tras permanecer tres meses en órbita terrestre, puede descender con paracaídas y aterrizar con precisión sobre una pista. Tras las pruebas de caída de dos meses realizadas en 2024, el equipo de Space Rider regresó al campo de pruebas Salto di Quirra en Cerdeña (Italia) para llevar a cabo nuevas pruebas de dos semanas.

Estas pruebas tenían dos objetivos: validar el sistema de paracaídas que reduce la velocidad durante el descenso y probar el software que controla el ala-paracaídas para guiar la cápsula de retorno a un punto de aterrizaje exacto. Un modelo de Space Rider fue lanzado desde un helicóptero CH-47 Chinook del Ejército italiano a altitudes de 1 a 2,5 km. Al regresar de órbita, la velocidad supera seis veces la del sonido y la temperatura alcanza más de 1600 °C; para decelerar y aterrizar con seguridad cuenta con una secuencia de paracaídas desplegables, incluyendo paracaídas de frenado circular y de guiado. Se realizaron tres pruebas de despliegue del sistema de descenso; en todas, los paracaídas se abrieron correctamente, validando la secuencia completa de despliegue e inflado. En otro modelo se realizaron tres pruebas de caída en bucle cerrado: descendió de forma autónoma hasta el aterrizaje utilizando solo sus sensores y actuadores. Las pruebas demostraron que Space Rider puede aterrizar con precisión de 150 metros, volando 12 minutos desde 2,5 km de altura, con velocidad vertical de 4 m/s y velocidad de aterrizaje de 2 m/s, todo controlado por el sistema de ala-paracaídas.

El éxito se debe a la estrecha colaboración entre la industria italiana y el sector de defensa. Las pruebas fueron lideradas por Thales Alenia Space Italia, con apoyo de múltiples socios industriales; la Fuerza Aérea y el Ejército italianos proporcionaron logística terrestre y operaciones de vuelo. Quedan pocos pasos para completar la validación de la fase de descenso y aterrizaje: se realizarán pruebas de caída con un modelo completo de la cápsula de retorno y pruebas de estabilidad en los peores escenarios. El último paso, también con apoyo del Ministerio de Defensa italiano, utilizará nuevas instalaciones de aterrizaje. Space Rider está diseñado para un rápido reacondicionamiento: tras cada misión, seis meses de mantenimiento permiten volver al espacio.