El canciller alemán Friedrich Merz anunció una inversión de 1.700 millones de euros (aproximadamente 1.980 millones de dólares) para impulsar la construcción del primer reactor de fusión comercial del mundo, marcando una nota clave en la transformación estratégica energética de su país. Esta decisión ha generado amplia atención en el contexto de la larga oposición de Alemania a la energía nuclear; previamente, el país cerró completamente sus centrales nucleares en 2023, y el ministro de Medio Ambiente Karsten Schneider había declarado claramente que "no se hará ninguna promesa a la industria nuclear".
Alemania invierte 1.700 millones de euros en fusión nuclear
El cambio de política no es del todo inesperado. En mayo de este año, la ministra de Economía alemana Katherina Reiche declaró públicamente que se mantiene "abierta a todas las tecnologías", rompiendo con la posición tradicional; la larga oposición con Francia en temas nucleares también se ha suavizado, con Alemania aceptando eliminar declaraciones antinucleares de la legislación de la UE. Sin embargo, la apuesta directa de Alemania por la tecnología de fusión nuclear aún supera las expectativas externas.










