El 11 de diciembre se informó que el Tribunal General de la Unión Europea confirmó el miércoles la decisión antimonopolio de 2023 contra Intel, aunque redujo la multa de la sanción original a 237 millones de euros (278 millones de dólares).
En 2009, la Comisión Europea determinó que Intel había otorgado descuentos encubiertos a HP, Dell y Lenovo entre 2000 y 2008 para que compraran casi exclusivamente sus procesadores, y también pagó a fabricantes para retrasar el lanzamiento de productos con CPU de AMD, calificando estas prácticas como “restricción desnuda” y imponiendo una multa récord de 1.060 millones de euros.
Intel ha apelado durante años. En 2017, el Tribunal de Justicia de la UE ordenó revisar la multa por falta de análisis económico sobre el impacto en la competencia.










