El 8 de diciembre, Boeing y Airbus anunciaron conjuntamente que han completado la división y adquisición de los negocios de Spirit AeroSystems. En esta transacción, aproximadamente 15.000 empleados originales de Spirit se transfirieron a Boeing, y unos 4.000 empleados se transfirieron a Airbus, fortaleciendo el control de ambos fabricantes de aviones sobre enlaces clave de la cadena de suministro.
Según el plan de división, Boeing adquirió las principales fábricas de Spirit en Wichita, Kansas, y Tulsa, Oklahoma, renombrándolas como "Fábrica de Boeing en Wichita" y "Fábrica de Boeing en Tulsa". Al mismo tiempo, se estableció una nueva subsidiaria independiente llamada Spirit Defense, que continuará proporcionando componentes para otros proyectos de defensa. Airbus, por su parte, adquirió en efectivo por 439 millones de dólares las fábricas de Spirit en Kinston, Carolina del Norte; Saint-Nazaire, Francia; Casablanca, Marruecos; y Belfast, Reino Unido, e las integrará en su propio sistema de producción.
La gerencia de Airbus explicó previamente a los inversores que la integración de los activos relacionados con Spirit y el apoyo para aumentar la producción se espera que generen gastos en efectivo de aproximadamente 1.500 millones de euros en los próximos tres años. Ken Herbert, analista de Royal Bank of Canada Capital Markets, cree que, aunque la escala de la inversión es significativa, esta adquisición es en general positiva para Airbus en términos de aumentar la producción y lograr objetivos a largo plazo.
Para Boeing, esta adquisición, pagada íntegramente con acciones, tiene un valor de aproximadamente 8.300 millones de dólares. La compañía indicó que la transacción ayudará a internalizar su mayor fuente de suministro de repuestos y expandir el alcance de los servicios postventa globales. El analista Herbert señaló además: "Creemos que completar esta adquisición eliminará los riesgos operativos, permitiendo a la gerencia de Boeing enfocarse en la ejecución de la producción".










